Se le dispersa la mirada, ni forma parte del círculo en el que permanece sentada, es física su estancia, ella está en la alucinación ofuscada que le hace sonreir y elevar sus manos sorteando la gravedad, basando su base en la ascensión de su cuerpo flácido y cimbreante sin intención de asomarse al mundo de los sensatos y juiciosos, sin más responsabilidad que enturbiar la realidad, rendirse ante la lucha, sin futuro su futuro.
Sigue sonriendo, cuando el estímulo va cesando y tumba su tronco y cabeza en la arena. Se aferra a la visión confusa e imprecisa de los chicos y chicas de su círculo que siguen fumando y bebiendo más enteros que ella, ya caída y pálida, ya sudada y despejada, con jaqueca y restos de coca en sus orificios nasales que esnifa al tocarlos sintiendo placer, para reaparecer en su mundo de fantasmas.
2 comentarios:
Muy fuerte , este mundo no trae nada bueno.
Qué miedo me da ese mundo!!! y más cuando pienso en mis hijos, ufff me pongo mala.
Un beso enorme
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